Una mirada comunista al racismo histórico en EEUU

Cuando uno ve la enorme reacción y repercusión que está teniendo la muerte de George Floyd, el afroamericano que murió en Mineápolis de una forma brutal fuera de los propios estándares de la policía estadounidense, debe tener en cuenta una multitud de factores esenciales y que con frecuencia son omitidos a la hora de entender este suceso, pero sobre todo su reacción.

Si bien en los últimos años se han ido aumentando las medidas de control -y protección- de los agentes de policía en EEUU (como por ejemplo la aplicación masiva de cámaras en el pecho de los agentes mientras tienen una interacción), también se ha ido produciendo un aumento gradual de las manifestaciones pacíficas y violentas en contra del racismo institucional en los EEUU.

El movimiento antifascista de EEUU, tan famoso por la amenaza de Trump de considerarles como terroristas, hoy día solo puede ser catalogado como ridículo en la influencia y las formas. Este movimiento ‘antifa’ ha sido en realidad absorbido desde hace décadas por el movimiento antirracista liderado por los afroamericanos, un movimiento que ha atravesado varios altibajos y que hoy día está totalmente integrado en la ideología burguesa, victimista y totalmente desprovista de cualquier contenido de clase.

Gran parte del discurso antirracista de EEUU está totalmente desorientado y colapsado por la demagogia, no es menos cierto que en la ideología de la élite dominante sigue instalado un discurso racista, patente en algunas declaraciones y políticas del propio presidente del gobierno, así como de incluso propietarios de equipos compuestos por un 90% de afroamericanos de la NBA.

Es surrealista pensar que ya no hay policías racistas, por muchos controles a los que se les someta, cuando estamos hablando de un país en el que hace pocas décadas la propia legislación trataba a los afroamericanos como ciudadanos de segunda para provecho de la burguesía estadounidense. Hoy día tampoco se puede hablar de una tábula rasa: porcentualmente los afroamericanos siguen encontrándose entre los trabajadores más depauperados de los EEUU.

El largo periodo de esclavitud negra en norteamérica jugó un papel crucial en la acumulación y concentración de capital por parte de los grandes industriales y terratenientes. Así mismo, con el fin de la esclavitud legal, los derechos de los trabajadores negros no fueron equiparados inmediatamente con los de los trabajadores blancos. A mediados de los años 50, los mayores catedráticos de Ciencias Económicas y Estadísticas de la URSS escribían las siguientes palabras acerca de la situación económica de los afroamericanos en EEUU:

En los Estados Unidos, los obreros y empleados negros cobran salarios y sueldos inferiores a la mitad de lo que perciben los obreros y empleados blancos del mismo grado de calificación: y los ingresos de los granjeros negros equivalen, por término medio, a la mitad de lo que ganan los granjeros blancos en las mismas comarcas. La superexplotación de la poblacion negra en los Estados Unidos suministra a los monopolios norteamericanos, en los años posteriores a la guerra, ganancias adicionales de 4.000 millones de dólares al año. (1)
[…]
Según los datos del prestigioso economista progresivo norteamericano Victor Perlo, las ganancias medias de los consorcios de los Estados Unidos en el período que va de 1936 a 1953 aumentaron en 7 veces. De 1936 a 1940, ascendieron a 6,200 millones de dólares; de 1941 a 1945, a 21,500 millones; de 1950 a 1953 (durante los años de la guerra contra Corea), a 42,309 millones de dólares. Las ganancias de los monopolios estadounidenses aumentaron de 33,800 millones de dólares en 1948 a 45,500 millones en 1953.

El incremento de estas ganancias se logra mediante el reforzamiento de la explotación de la clase obrera, la intensificación del trabajo, la elevación de los precios y el descenso del nivel de vida de los trabajadores, mediante el aumento de los impuestos abonados por éstos, mediante la militarización de la producción y la guerra, es decir, convirtiendo la sangre de cientos de miles de seres humanos en oro, en dólares para los multimillonarios. (2)

El racismo ha jugado un papel clave a nivel histórico en una estrecha ligazón con los intereses de su burguesía imperialista, esparciendo hasta nuestros días una doctrina racista muy conveniente y oportunista basada en el miedo y odio a los pueblos centroamericanos y árabes a los cuales exportan la ‘democracia’, acompañada siempre de forma sutil de centenares de grandes empresas estadounidenses con derecho a rapiña:

En la época del imperialismo, la teoría geográfica del desarrollo de la sociedad es sostenida por los políticos, los ideólogos y los círculos gobernantes de los países capitalistas. En la Alemania hitleriana, esta seudociencia fué elevada, bajo el nombre de “geopolítica”, al rango de teoría del Estado y puesta al servicio de la política imperialista y de anexión del fascismo. El geopolítico Haushofer y otros intentaron justificar “científicamente” los desvaríos anexionistas imperialistas, los insensatos planes de “dominación mundial” y la guerra desencadenada por los hitlerianos bajo la consigna del “espacio vital” para la raza “superior” de los alemanes. Y una propaganda parecida sostenían los imperialistas japoneses, tratando de justificar su política de anexiones en Asia y en la cuenca del Océano Pacífico.

Algunos ideólogos del imperialismo norteamericano tratan, actualmente, de “fundamentar” las absurdas pretensiones de dominación mundial de los círculos gobernantes de los Estados Unidos con argumentos racistas y geográficos, los geopolíticos norteamericanos se empeñan en rehacer el mapa del mundo. Sostienen que las fronteras de los Estados Unidos y sus intereses vitales se hallan en el Elba, en Turquía, en el Irán, en Taiwan, en Pakistán y en el Japón. (2)

William Z. Foster, antiguo presidente del Partido Comunista de los Estados Unidos y defensor del legado de Stalin tras el XX Congreso del PCUS, consideraba que la mayor desgracia de los obreros norteamericanos suponía, al mismo tiempo, una de las más grandes ventajas de los patronos: no entienden su posición de clase ni el lugar que ocupan en un sistema totalmente atroz tanto en suelo patrio como extranjero.

Han asumido como propio el discurso ideológico de la burguesía, persiguen el sueño americano mientras que algunas capas de la sociedad atribuyen al racismo gran parte de sus calamidades, obviando por completo el contexto que da lugar a esas situaciones; la legislación respecto a las armas, el enorme empuje de la pobreza y la explotación hacia la criminalidad (con la mayor represión policial, justificada e injustificada, que ello supone), el baño masivo de drogas y un largo etcétera que incluye, como hemos desarollado, el histórico ultraje a los afroamericanos.

Pero ante todo, se obvia la causa de que no solo la mayoría de afroamericanos sino de estadounidenses hayan vivido y vivan en unas condiciones de vida indignas para cualquier ser humano: el sistema capitalista. Los trabajadores norteamericanos sufrieron además de la destrucción originada con el XX Congreso del PCUS una brutal represión por parte del McCarthismo que les ha dejado sin la herramienta esencial para acabar con cualquier tipo de explotación: el Partido Comunista.

Fernando Quiñones

(1) El Sistema Colonial del Imperialismo, Academia de Ciencias de la URSS, (1953).
(2) La Conciencia Social y sus formas, F.V. Konstantinov, (1951).
En la imagen de cabecera: Cartel del Ku Klux Klan anunciando lo siguiente:
«CUIDADO NEGROS
NO ASISTÁIS A REUNIONES COMUNISTAS

Organizadores a sueldo de los comunistas solo tratan de meter a los negros en problemas. Alabama es un buen lugar para que vivan los negros buenos, pero es un mal lugar para los negros que creen en la IGUALDAD SOCIAL.

EL KU KLUX KLAN TE VIGILA
TEN CUIDADO

Dile a los líderes comunistas que se marchen. Denuncia todas las reuniones comunistas al Klu Klux Klan (apartado de Correos)

El Comunismo no será tolerado
El Klu Klux Klan CABALGA DE NUEVO