¿Hizo Stalin caso a las advertencias sobre la invasión?

Kruschev:

«El poder acumulado en las manos de una persona, Stalin, llevó a serias consecuencias durante la Gran Guerra Patriótica…Durante la guerra y después de la guerra, Stalin adelantó la tesis de que la tragedia que nuestra nación experimentó en la primera parte de la guerra fue el resultado del “inesperado” ataque de los alemanes contra la Unión Soviética…. Stalin no hizo caso de estas advertencias. Lo que es más, Stalin ordenó que no se diera ningún crédito a esta clase de información, para no provocar el inicio de operaciones militares… Todo fue ignorado: advertencias de ciertos comandantes de Ejército, declaraciones de desertores del ejército enemigo, e inclusive la abierta hostilidad del enemigo.
…¿Es esto un ejemplo del alerta del jefe del partido y del Estado en este particularmente significativo momento histórico?”

Mariscal Golovanov:

Nosotros normalmente hacíamos recaer toda la responsabilidad por lo repentino del ataque de Hitler a nuestro país, lo cual fue inesperado respecto al tiempo, sobre J.V. Stalin, dado que él era el jefe del Estado, aunque S.K. Timoshenko, como Comisario del Pueblo para la Defensa, y G.K. Zhukov, como Jefe del Estado Mayor General, así como una cantidad de otros camaradas, también tenían responsabilidad directa. Pero nadie hace esto. Es sólo tan apropiado tanto hablar de las victorias estratégicas que tuvieron significación mundial, y también acreditarlas a aquellas personas que se mantuvieron a la cabeza de esas u otras campañas, o de la guerra como un todo y quienes fueron responsables por su realización. Esto es lógico. La gran, victoria mundial histórica en la Segunda Guerra Mundial fue ganada por el país, el partido y el ejército, todos dirigidos por Stalin. [1]

Vadim Kozhinov:

Pero si se consideraran desapasionadamente, tanto los errores de cálculo de Stalin y de Roosevelt tienen una explicación completamente convincente. Las comunicaciones de los servicios de inteligencia son siempre contradictorias en mayor o menor grado, porque derivan de las más variadas, y a menudo deliberadamente mal informadas —fuentes. No hace mucho tiempo se publicó una colección de documentos titulada “Hitler’s Secrets on Stalin’s Table. Intelligence and Counter-intelligence on the Preparation of German Aggression against the USSR. March June 1941”.

Esta obra deja en claro que durante este período Stalin recibió desinformación de inteligencia extremadamente variada, incluyendo, particularmente, información según la cual Alemania (como Stalin también creía) intentaba ocupar a Inglaterra antes de invadir a la URSS. Uno de los jefes de los servicios de inteligencia de ese tiempo, el General P. A. Sudoplatov, más tarde observó: “La información de tres confiables (cursivas mías – V.K.) fuentes desde adentro de Alemania merecía especial atención, [que] el liderazgo de la Wehrmacht decisivamente protestaba contra cualquier guerra en dos frentes”.

«La falta de confianza de la información de inteligencia acerca de una invasión alemana también fue causada por los desacuerdos que contenía sobre la fecha del inicio de la guerra. ‘Éstos especificaban el 14 y 15 de mayo, el 20 y 21 de mayo, 15 de junio y, por fin, 22 de junio… Una vez que los primeros períodos de mayo habían pasado, Stalin… finalmente llegó a creer que Alemania no invadiría a la URSS en 1941…’

En la década de 1960 y posteriormente, muchos autores escribieron, con gran indignación, por ejemplo, que nadie creía la información que llegó una semana antes del comienzo de la guerra y la cual fue obtenida por el espía Richard Sorge, quien más tarde alcanzó fama mundial, y la cual daba la fecha exacta de la invasión alemana, 22 de junio. Sin embargo, era simplemente imposible creerla después de una serie de fechas inexactas que habían sido comunicadas a través de fuentes consideradas ‘confiables’ (a propósito, el mismo Sorge al principio informó que la invasión tendría lugar en mayo). Y ‘analistas’ contemporáneos, sabiendo —como lo hace todo el mundo— que la guerra empezó precisamente el 22 de junio, y por lo tanto indignándose con Stalin porque él había negado la información precisa de Sorge enviada el 15 de junio, a lo menos parecen ingenuos…” [2]


En el “Discurso Secreto” Kruschev dijo (p. 26):

Esto concernía, ¡ay!, no sólo a tanques, artillería y aviones. Al desatarse la guerra ni siquiera teníamos suficientes cantidades de rifles para armar las fuerzas movilizadas. Recuerdo que en aquellos días telefonée al Camarada Malenkov desde Kiev y le dije, “El pueblo se ha enrolado para el nuevo Ejército y piden armas. Usted debe enviarnos armas”.

Malenkov me contestó, “No podemos enviarles armas. Estamos enviando todos nuestros rifles a Leningrado y ustedes mismos tienen que armarse”.

Según el Mariscal Vasilevskii lo que realmente ocurrió fue muy diferente:

En conclusión el Comandante Supremo dijo que tomaría todas las medidas para ayudar al Frente Suroccidental, pero al mismo tiempo les pidió responder más por sí mismos en esta materia.

—No sería razonable pensar —dijo— que les daremos todo ya preparado al lado. Aprendan a aprovisionarse y reaprovisionarse por sí mismos. Creen secciones de aprovisionamiento con cada ejército, preparen varias fábricas para la producción de rifles y ametralladoras, arrastren todas las cuerdas que necesiten para arrastrar, y verán que pueden crear bastante para el frente en la misma Ucrania. Ésa es la forma como Leningrado está actuando en el presente, usando sus propias bases para manufacturar máquinas, y en gran medida son exitosos, ya han tenido algunos éxitos. Ucrania puede hacer lo mismo. Leningrado ya ha arreglado la producción de RS. Esta es un arma muy efectiva como un lanzacohetes, la cual literalmente tritura al enemigo. ¿Por qué no hacen ustedes esto?

Kirponos y Kruschev respondieron:

—Camarada Stalin, pondremos todas sus órdenes en práctica. Desafortunadamente, no estamos familiarizados con los detalles de la construcción de los RS. Le solicitamos que ordene nos envíen un ejemplo de un RS con diagramas, y organizaremos la construcción aquí. —Ésta fue la respuesta que siguió:

—Su gente ya tiene los diagramas, y usted ha tenido las muestras desde hace bastante tiempo. Su falta de atención en esta seria cuestión es una falta. Bien. Le enviaré una batería de RS, dibujos, e instructores en su fabricación. Todo lo mejor, le deseo éxito”. [3]


Como lo señala Vadim Kozhinov:

Kruschev, quien en 1956 se esforzaba por desacreditar a Malenkov, su competidor en la lucha por el poder supremo, inconscientemente se desacreditó a sí mismo. Pues hacia el 22 de junio él ya había sido ‘jefe supremo’ en Kiev y sobre la totalidad de Ucrania por 3 ½ años, desde enero de 1938 (lo cual, por cierto, ¡había sido una frontera común con Alemania desde septiembre de 1939!) pero, resultó, que no había asumido el problema y ni siquiera se había provisto de rifles! Así que Kruschev o no prestó atención a la ‘elocuente evidencia’ que citó en 1956, o nada hizo con esta ‘evidencia’ de modo práctico (pues de hecho el primer secretario del CC de Ucrania y miembro del Politburó pudo haber preparado aquellos rifles con bastante tiempo…). [4] [5]

Mariscal Meretskov, 1968:

Debo decir algo más. Puesto que desde el comienzo mismo de la guerra Inglaterra y EEUU se convirtieron en nuestros aliados en la coalición anti-Hitler, la mayoría de las personas que intentan un análisis crítico de las decisiones hechas por nuestro gobierno en ese tiempo las evalúan mecánicamente sólo en el nivel de la guerra germano-soviética y por consiguiente cometen un error. Pues la situación en la primavera de 1941 era extremadamente complicada. En ese tiempo no estábamos seguros de que una coalición anti-soviética de países capitalistas incluyendo, digamos, Alemania, Japón, Inglaterra y EEUU, no fuese a surgir. Hitler decidió en 1940 contra una invasión a Inglaterra. ¿Por qué? ¿Es que no tenía el poderío? ¿Decidió tratar con Inglaterra más tarde? ¿O eran, quizás, negociaciones secretas que iban hacia un frente unido anti-soviético? Habría sido negligencia criminal no sopesar todas las posibilidades, porque en verdad el bienestar de la URSS dependía de seleccionar la correcta posición política. ¿Dónde estarán los frentes? ¿Dónde deberían nuestras fuerzas ser concentradas? ¿Sólo en las fronteras occidentales? ¿O es también posible una guerra en la frontera sur? ¿Y cuál será la situación en el Lejano Oriente? Esta multiplicidad de cursos de acción posible, junto con una falta de firme garantía de que el correcto curso podía ser inmediatamente escogido en un caso dado, contribuía a una situación doblemente complicada. [6]

Mariscal Zhukov:

He pensado mucho tiempo acerca de todo esto y aquí está a lo que he llegado. Me parece que la cuestión de la defensa del país en sus contornos básicos, más amplios, y en sus direcciones se llevó correctamente a cabo. Durante un período de muchos años, en términos económicos y sociales, todo, o casi todo, se hizo lo que fue posible. Respecto al período de 1939 a mediados de 1941, durante ese período especial se hicieron por el pueblo y el partido esfuerzos que exigieron toda nuestra fortaleza y recursos para fortalecer nuestra defensa. [7]

Los mariscales Vasilevskii y Zhukov discrepaban acerca de si Stalin debería haber ordenado que todas las tropas tomaran posiciones a lo largo de la frontera. Comentando sobre el artículo de Vasilevskii en 1965, Zhukov escribió:

Pienso que la Unión Soviética hubiera sido aplastada si hubiéramos organizado todas nuestras fuerzas en la frontera. Es bueno que esto no ocurriera, y si nuestras principales fuerzas hubieran sido aplastadas en el área de la frontera del Estado, entonces los ejércitos hitlerianos habrían tenido la posibilidad de realizar la guerra más exitosamente, y Moscú y Leningrado habrían sido tomadas en 1941. G. Zhukov, Diciembre 12, 1965. [8]

Nota: El presente artículo es un fragmento de Kruschev mintió, de Grover Furr.

[1] Andrew Kazantsev, en Nakanune, Junio 22, 2005.

[2] Vadim Kozhinov, Rossiia. Vek XX. (1939-1964). Opyt bespristrastnogo issle-dovaniia. Moscú: Algoritm, 1999, pp. 73-74 (Su capítulo 2 se titula “Lo imprevisto y Falta de Preparación”).

[3] Mariscal A. M. Vasilevskii, Delo vsei zhizni (‘La obra de mi vida’). 3a. ed. Moscú, Politizdat 1978, Cap.11.

[4] Kozhinov, V.V., Rossiia: Vek XX (1939-1964) Cap. 2, p. 50.

[5] El plan de desinformación del Ejército Alemán para propagar falsos rumores hacia la jefatura soviética, firmado por Keitel, está fechado 15 de febrero de 1941.

[6] K. A. Meretskov, Na sluzhbe narodu (“Al Servicio del Pueblo”). Moscú: Politizdat, 1968.

[7] G. K. Zhukov, Vospominaniia i razmyshleniia (“Reminiscencias y Pensamientos”). Vol. 1, Cap. 9. Moscú, 2002.

[8] Shaptalov, B. Ispytania voiny (“Los Juicios de Guerra”). Moscú: AST, 2002. La edición rusa pinchando aquí. El mismo pasaje, con una cita más extensa del MS no publicado de Vasilevskii, se halla en Gor’kov, IU.A. Kremlin. Stavka. General Staff. Tver’ 1995, Cap. 4, p. 68. La edición rusa pinchando aquí.